Cómo contabilizar arrendamientos de activos de baja cuantía bajo NIIF

Cómo contabilizar arrendamientos de activos de baja cuantía bajo NIIF: guía práctica paso a paso

¿Qué son los arrendamientos de activos de baja cuantía según las NIIF?

Los arrendamientos de activos de baja cuantía, según las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF), se refieren a contratos de arrendamiento donde el valor del activo subyacente es relativamente pequeño o insignificante para la entidad. Estas NIIF permiten un tratamiento simplificado para este tipo de arrendamientos, facilitando la contabilización y reduciendo la carga administrativa.

De acuerdo con la NIIF 16, un arrendamiento de baja cuantía es aquel cuyo valor del activo nuevo, sin uso y sin importar el tiempo, no supera ciertos umbrales establecidos por la entidad o las regulaciones locales. Generalmente, estos activos incluyen equipos pequeños, mobiliario básico o dispositivos tecnológicos de bajo costo.

El reconocimiento y medición de estos arrendamientos difiere del tratamiento estándar, ya que las entidades pueden optar por no reconocer un activo por derecho de uso ni un pasivo por arrendamiento. En su lugar, los pagos se reconocen como gasto en el estado de resultados a lo largo del periodo del arrendamiento, simplificando así el proceso contable.

Normativa NIIF aplicable para contabilizar arrendamientos de baja cuantía

La Normativa NIIF establece lineamientos específicos para el reconocimiento y contabilización de los arrendamientos, incluyendo aquellos considerados de baja cuantía. Según la NIIF 16 – Arrendamientos, los arrendamientos de baja cuantía pueden ser tratados con un enfoque simplificado, dado que su impacto en los estados financieros es limitado.

En particular, la NIIF 16 permite que las entidades opten por no reconocer un activo por derecho de uso ni un pasivo por arrendamiento cuando el valor del activo subyacente sea bajo. Esta excepción facilita la contabilización, evitando cargas administrativas innecesarias para contratos de arrendamiento que no representan montos significativos.

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Para determinar si un arrendamiento es de baja cuantía, se debe evaluar el valor del activo subyacente al inicio del contrato. Aunque la norma no establece un monto específico, comúnmente se consideran activos cuyo valor sea inferior a un umbral definido por la entidad, como por ejemplo, equipos de oficina o mobiliario de bajo costo.

Es importante mencionar que, a pesar de la simplificación en el reconocimiento, las entidades deben seguir presentando la información relevante sobre estos arrendamientos en las notas a los estados financieros, asegurando transparencia y cumplimiento con los requisitos de divulgación establecidos en la NIIF 16.

Pasos para contabilizar arrendamientos de activos de baja cuantía bajo NIIF

La contabilización de arrendamientos de activos de baja cuantía bajo las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF) requiere un enfoque simplificado para facilitar el reconocimiento y medición de estos contratos. En primer lugar, es fundamental identificar que el activo arrendado cumple con la definición de baja cuantía, generalmente considerando el valor del activo individual y su impacto financiero en la entidad.

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Una vez identificado el arrendamiento de baja cuantía, el siguiente paso es reconocer los pagos del arrendamiento como un gasto en el estado de resultados de forma lineal durante el plazo del contrato. Esto implica que no se requiere reconocer un activo por derecho de uso ni un pasivo por arrendamiento, simplificando así el proceso contable.

Finalmente, es importante mantener un control adecuado de estos contratos para asegurar que los pagos y términos se contabilicen correctamente, y que cualquier cambio en las condiciones del arrendamiento se refleje oportunamente. La documentación clara y la revisión periódica permiten cumplir con los requisitos de las NIIF sin complicaciones innecesarias.

Ejemplos prácticos de contabilización de arrendamientos de baja cuantía

La contabilización de arrendamientos de baja cuantía se caracteriza por su simplicidad y menor carga administrativa en comparación con otros tipos de arrendamientos. Estos arrendamientos, generalmente, no requieren el reconocimiento de un activo por derecho de uso ni un pasivo por arrendamiento en el balance, facilitando así su registro contable.

Por ejemplo, en un contrato de arrendamiento de un equipo de oficina cuyo valor no supera el umbral establecido para baja cuantía, el arrendatario puede registrar directamente el gasto por arrendamiento en la cuenta de resultados. Esto implica que cada pago periódico se contabiliza como un gasto operativo, simplificando el seguimiento y la presentación financiera.

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Otro caso práctico común es el arrendamiento de mobiliario o vehículos cuyo importe es bajo y que se utiliza por un período corto. En estas situaciones, la contabilización se limita a registrar el gasto en el momento en que se devenga, sin necesidad de amortizaciones ni ajustes posteriores. Esta práctica ayuda a mantener una contabilidad clara y alineada con las normativas vigentes, optimizando el tiempo y recursos del departamento financiero.

Errores comunes al contabilizar arrendamientos de baja cuantía y cómo evitarlos

Uno de los errores más frecuentes al contabilizar arrendamientos de baja cuantía es no identificar correctamente cuándo un contrato califica como tal. Muchas empresas tienden a aplicar criterios generales sin considerar los límites establecidos en las normativas contables, lo que puede llevar a una incorrecta clasificación y, por ende, a registros financieros erróneos.

Otro fallo habitual es la incorrecta imputación de los gastos relacionados con estos arrendamientos. Es común que se contabilicen como gastos operativos en lugar de reconocer el derecho de uso y la obligación de arrendamiento, lo que distorsiona la presentación financiera y dificulta el análisis real del pasivo y activo de la empresa.

Para evitar estos errores, es fundamental implementar controles internos claros y capacitar al equipo contable en las normativas vigentes. Además, el uso de sistemas automatizados que ayuden a identificar y registrar correctamente estos contratos puede mejorar significativamente la precisión y cumplimiento en la contabilización de arrendamientos de baja cuantía.

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