Cómo reconocer deterioro en activos financieros bajo NIIF 9

Cómo reconocer el deterioro en activos financieros bajo NIIF 9: guía completa paso a paso

¿Qué es el deterioro en activos financieros según NIIF 9?

El deterioro en activos financieros según la NIIF 9 se refiere al reconocimiento y medición de las pérdidas crediticias esperadas que afectan el valor de dichos activos. Esta norma internacional establece un enfoque prospectivo para identificar y contabilizar el riesgo de incumplimiento, lo que implica anticipar posibles pérdidas futuras en lugar de esperar a que ocurran eventos de incumplimiento.

La NIIF 9 introduce un modelo de deterioro basado en las pérdidas crediticias esperadas, que requiere evaluar el riesgo crediticio de los activos financieros desde el momento inicial y durante toda su vida útil. Esto implica que las entidades deben reconocer una provisión por deterioro tan pronto como exista una posible disminución en el valor recuperable del activo, ajustando así su valor en libros.

Este enfoque se aplica a diferentes tipos de activos financieros, incluyendo préstamos, cuentas por cobrar, inversiones en deuda y otros instrumentos financieros. La norma establece tres etapas para la medición del deterioro:

  • Etapa 1: Pérdidas crediticias esperadas a 12 meses.
  • Etapa 2: Pérdidas crediticias esperadas durante la vida del activo, cuando hay un aumento significativo en el riesgo crediticio.
  • Etapa 3: Activos con evidencia objetiva de deterioro, donde se reconocen pérdidas por incumplimiento.

Principales indicadores para reconocer el deterioro en activos financieros bajo NIIF 9

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La NIIF 9 establece un enfoque basado en el modelo de pérdida esperada para el reconocimiento del deterioro en activos financieros. Para identificar si un activo financiero presenta deterioro, es fundamental analizar ciertos indicadores cuantitativos y cualitativos que evidencian un aumento significativo en el riesgo de crédito desde la fecha inicial de reconocimiento.

Entre los principales indicadores se encuentran el incumplimiento de pagos contractuales, como retrasos significativos en el pago de intereses o principal. Además, cambios adversos en la situación financiera del deudor, como la reducción de su capacidad de generación de flujo de efectivo, también constituyen señales claras de deterioro. Otros factores relevantes incluyen la reestructuración de deuda debido a dificultades financieras y la existencia de información negativa pública sobre el deudor.


Adicionalmente, la NIIF 9 considera indicadores externos, como condiciones macroeconómicas desfavorables que afectan a un grupo específico de activos financieros o sectores económicos. La combinación de estos factores permite a las entidades evaluar de manera objetiva y prospectiva el riesgo de crédito y determinar el momento en que se debe reconocer la pérdida esperada por deterioro.

Metodologías para evaluar el deterioro de activos financieros conforme a NIIF 9

La NIIF 9 establece un enfoque basado en el modelo de pérdidas crediticias esperadas (ECL, por sus siglas en inglés) para la evaluación del deterioro de activos financieros. Este modelo requiere que las entidades reconozcan las pérdidas esperadas desde el momento inicial del reconocimiento del activo financiero, lo que implica un cambio significativo respecto al modelo de pérdidas incurridas utilizado anteriormente.

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Para aplicar este modelo, las entidades deben clasificar los activos financieros en tres etapas, dependiendo del nivel de deterioro crediticio:

  • Etapa 1: Activos sin deterioro significativo desde el reconocimiento inicial. Se reconocen pérdidas crediticias esperadas a 12 meses.
  • Etapa 2: Activos con un aumento significativo del riesgo crediticio desde el reconocimiento inicial. Se reconocen pérdidas crediticias esperadas durante la vida útil del activo.
  • Etapa 3: Activos con deterioro crediticio objetivo. También se reconocen pérdidas esperadas durante la vida útil, y los intereses se calculan sobre el valor neto contable.

Las metodologías para calcular las pérdidas esperadas involucran el uso de datos históricos, información actual y proyecciones razonables y sustentables sobre condiciones económicas futuras. Además, es fundamental que las entidades desarrollen modelos estadísticos y cualitativos que permitan estimar la probabilidad de incumplimiento, la pérdida dado incumplimiento y la exposición al incumplimiento, ajustando estos parámetros según la etapa en que se encuentre el activo financiero.

Impacto del deterioro en la contabilidad y estados financieros bajo NIIF 9

El reconocimiento del deterioro bajo NIIF 9 implica un cambio significativo en la forma en que las entidades contabilizan las pérdidas crediticias esperadas, afectando directamente la presentación y valoración de los activos financieros en los estados financieros. A diferencia del modelo anterior basado en pérdidas incurridas, NIIF 9 exige reconocer las pérdidas esperadas desde el momento inicial, lo que puede incrementar el gasto por deterioro y reducir el valor neto de los activos financieros.

Este enfoque prospectivo provoca que las provisiones para pérdidas crediticias sean más sensibles a los cambios en las condiciones económicas y financieras, generando una mayor volatilidad en los resultados del período. Además, la contabilización del deterioro bajo NIIF 9 afecta no solo el estado de resultados, sino también el balance general, ya que se reflejan ajustes en las cuentas de activos financieros y en las reservas de pérdidas esperadas.

Principales efectos en los estados financieros

  • Incremento en las provisiones: Se reconocen pérdidas esperadas desde el inicio, aumentando las provisiones y disminuyendo el valor neto de los activos financieros.
  • Mayor volatilidad en resultados: Las fluctuaciones en las expectativas de pérdidas impactan directamente en el gasto por deterioro registrado en el estado de resultados.
  • Impacto en la presentación: Cambios en la clasificación y medición de los activos financieros pueden modificar la estructura del balance general.
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Ejemplos prácticos para identificar el deterioro en activos financieros según NIIF 9

La NIIF 9 establece un modelo basado en la pérdida esperada de crédito para identificar el deterioro en activos financieros. Un ejemplo práctico es el análisis de cuentas por cobrar: si un cliente presenta retrasos significativos en los pagos o evidencia problemas financieros, se debe reconocer una provisión por pérdida esperada, reflejando un posible deterioro.

Otro caso común es el de los préstamos otorgados. Si la entidad detecta que el prestatario tiene dificultades para cumplir con las obligaciones contractuales, como la disminución de ingresos o un aumento en la tasa de morosidad, esto indica un aumento significativo en el riesgo crediticio y, por ende, la necesidad de ajustar el valor del activo financiero según la NIIF 9.

Además, para inversiones en instrumentos de deuda, se debe monitorear constantemente la calidad crediticia del emisor. Por ejemplo, una rebaja en la calificación crediticia o eventos adversos en el sector económico pueden ser señales claras de deterioro, que obligan a calcular la pérdida esperada y registrar el ajuste correspondiente en los estados financieros.

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